• Curva del Coronavirus en el Mundo

    El nuevo coronavirus COVID-19 ha infectado a más de 462.000 personas en 187 países del mundo, la mayoría (más de 81.600) en China, donde se han registrado 3.285 muertes. La cifra de decesos en todo el mundo supera los 21.000 y la de los recuperados, los 113.000. Fuera de China, Italia es el país con más casos y España, el cuarto más afectado del mundo, con casi 50.000 casos.

    Italia y España han superado las muertes de China este mes de marzo y ya acumulan entre ambos países más de 10.900 fallecidos. La enfermedad tuvo gran incidencia en Corea del Sur en febrero, pero logró contener la propagación a mediados de marzo. Y en la carrera de casos por todo el mundo entra con gran fuerza Estados Unidos, que por su tamaño se ha colocado en muy poco tiempo como el tercero con más contagios, con más de 46.000.

    La rapidez con la que se extiende el virus ha llevado a varios países a cerrar sus fronteras. La Unión Europea ha cerrado sus fronteras exteriores hasta el 17 de abril y más de 85 países han prohibido la entrada de viajeros países con una gran incidencia, como Italia o España. Es el caso de Estados Unidos, que ha prohibido la entrada de vuelos europeos durante un mes o Israel, Arabia Saudí, Malasia, Nepal, Italia o El Salvador. Otros ciudadanos viven confinados o deben hacer cuarentena al viajar a otro país mientras miles de vuelos en todo el mundo han sido cancelados, los negocios se paralizan y la economía mundial se ralentiza.

    El país que más preocupa en el continente es Estados Unidos, que acumula 62.086 casos y 869 muertes y ha suspendido los vuelos procedentes de Europa durante un mes. El presidente ha declarado la emergencia nacional para combatir el virus.

    Canadá es el segundo país con mayor número de casos: 2.792 y 27 muertes. Su primer ministro, Justin Trudeau, se ha aislado y se ha sometido a la prueba porque su esposa ha dado positivo.

    El Covid-19 también se ha propagado por América Latina. Argentina decretó el confinamiento de su población el 19 de marzo y tiene 387 casos y ocho muertes; Panamá tiene 443 casos y seis muertes. Brasil tiene 2.433 casos y 57 muertes, y Ecuador registra 1.211 y 29 muertes; México tiene 405 pacientes y cinco muertes, y Perú, 416 casos y siete muertes.

    Chile, con 1.142 casos y dos fallecidos, ha declarado el estado de excepción ante el virus.

     
  • Coronavirus en el Perú al 31/03/2020

    Al 31 de marzo de 2020 se han procesado muestras para 14 463 personas por COVID-19, obteniéndose, hasta las 00:00h, 1 065 resultados positivos y 13 398 negativos. A la fecha, se tienen 190 pacientes hospitalizados con Covid-19, de los cuales, 57 se encuentran en UCI con ventilación mecánica. Del total de casos positivos que cumplieron su período de aislamiento domiciliario, 394 ya se encuentran con alta médica.

    Lima sigue siendo la región con el mayor número de infectados por COVID-19 a la fecha con 799. Las siguientes regiones también presentan pacientes con Covid-19: Loreto (58), Callao (25), Lambayeque (30), Piura (21), Cusco (26), Arequipa (26), Junín (17), La Libertad (19), Tumbes (10), Ancash (11), Ica (05), Huánuco (06), San Martín (06), Ayacucho (01), Cajamarca (01), Madre de Dios (01), Pasco (01), Tacna (2).

     
     
  • Impacto de Coronavirus

    La duración y la profundidad de la crisis económica provocada por la pandemia del COVID-19 dependerán de tres factores: la velocidad de la propagación del virus y a cuántas personas afecte, cuánto tiempo pase antes de que se encuentre una vacuna y si las medidas de los gobiernos logran realmente mitigar el daño. Este es el análisis de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, la UNCTAD. También dijo que el costo de la crisis en el ingreso global podría llegar a 2 billones de dólares. Una cifra conservadora ante otros pronósticos. La rápida propagación del coronavirus está provocando pánico en los mercados financieros, fuga de capitales, devaluación de las monedas frente al dólar y una creciente amenaza de depresión global. Jeffrey Frankel, profesor de la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard, cree que la posibilidad de una contracción económica “aumentó dramáticamente en los últimos días”. “Estamos muy cerca de una recesión global”, asegura.

    En un principio, cuando todavía seguíamos bajo los efluvios del Año Nuevo, la noticia de un brote de un virus desconocido en un mercado chino parecía un problema circunscripto a un grupo de personas que come animales salvajes. Luego, vinieron las alarmantes cuentas de enfermos y muertos. Muy pronto, nos enteramos de que el epicentro de la epidemia, la provincia de Hubei y en particular su capital Wuhan, es un centro industrial clave para la economía global. Con la cuarentena, en Wuhan se dejaron de fabricar piezas de autos, computadoras, celulares, etc. que proveen a las manufactureras más grandes del mundo. Hubo signos de alarma lanzados por fabricantes de automóviles alemanes y de las marcas más destacadas del hardware de Silicon Valley. Se rompió la cadena de producción.

    De inmediato vino la hecatombe de las aerolíneas. Los aviones trasladan el virus por el planeta. Los pasajeros cancelaban sus viajes. Los gobiernos comenzaron a restringir los vuelos hasta que Trump –con esa impetuosidad que lo caracteriza- prohibió la llegada de cualquier turista de Europa a Estados Unidos. La epidemia podría costar a las compañías aéreas hasta 100.000 millones de dólares, calculó la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA). Junto a los aviones, se detuvo casi toda la industria turística, desde los cruceros (varados en cuarentena) hasta los hoteles. Se perdieron cientos de miles de puestos de trabajo y convirtieron playas soñadas en desiertos. Obviamente que todo esto repercutió muy negativamente en las bolsas de todo el mundo. Wall Street vivió un lunes negro y después vino un miércoles y un jueves. En cuatro días perdió un 20% con respecto al pico que había alcanzado el 12 de febrero. El Dow Jones tuvo su peor jornada desde 1987 y se hundió en un “bear market” (mercado bajista). La recuperación del viernes pareciera ser una brisa pasajera. En medio de esta crisis, Arabia Saudita y Rusia no lograron ponerse de acuerdo en torno a una baja de la producción para estabilizar el precio del petróleo. Y molestos por la falta de acuerdo, los sauditas lanzaron una guerra de precios, que dejó el barril de crudo cerca de los 30 dólares, tras una caída en un día nunca vista desde la Guerra del Golfo en 1991. Otras materias primas, como la soja, también terminaron con precios en sus mínimos históricos.

    “Todo esto, pone en peligro la recuperación mundial”, dijo la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. En realidad, el crecimiento económico global podría descender a la mitad de lo que se había proyectado. “Podría llegar hasta el 1,5%, un piso demasiado bajo porque eso estaría mostrando que buena parte de los países tendrían crecimiento negativo”, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Neil Shearing, el economista jefe de la empresa de análisis de mercado Capital Economics, advirtió a sus clientes que se aproxima una “recesión aguda”. En el medio, por supuesto, están los especuladores financieros que aprovechan el río revuelto para hacer enormes ganancias a costa de los pequeños ahorristas. Neil Irwin, analista del New York Times escribió que en Wall Street estaba sucediendo algo “raro”. “Los bonos y las acciones se están moviendo en paralelo y no en dirección opuesta como ocurre siempre en los mercados. Cuando hay crisis los ahorristas pasan a las acciones más estables y bonos como los del Tesoro estadounidenses. Ahora, caen todos al mismo tiempo, incluso el oro. Y eso es raro”, escribió. Hay grandes operadores detrás de esos movimientos “raros” que van a surgir como los grandes ganadores de la crisis. Pronto sabremos sus identidades.

    Muchos analistas están comparando este momento con la crisis financiera y la recesión de 2008-09 provocada por el colapso de la burbuja inmobiliaria y de las hipotecas subprime en Estados Unidos. Pero los que manejan la geopolítica, además de la economía, ven una analogía con el 2001 tras los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York. “Es el cisne negro. Apareció de la nada. Ese 11/S nos shockeó a todos, nos dejó knock out, fue un golpe durísimo. Y desató todo tipo de reacciones, desde el negacionismo hasta el “no fue para tanto”. Con el coronavirus está pasando lo mismo, apareció de golpe y en menos de tres meses ya está en todo el planeta. Cuando se desata aumenta exponencialmente hora a hora y deja un escenario de guerra con las ciudades vacías, la gente refugiada en sus casas y muchos muriendo en hospitales colapsados. El 11/S lo superamos con el tiempo y el coronavirus también. En el medio tendremos que lidiar con una dura recesión. Es así”, cuenta desde Nueva York un economista argentino que opera en Wall Street y que vivió muy de cerca el 11/S.

    En 2008/9, fue el G20 (los 20 países industrializados y emergentes, que representa al 66% de la población mundial y el 85% del PBI) quien tomó las riendas de la respuesta a la crisis. En ese momento se hablaba de "un gobierno económico mundial”. Doce años después, la situación es sustancialmente diferente. La guerra comercial entre Estados Unidos y China por el liderazgo de la revolución científico-tecnológica de la segunda mitad del siglo dejó demasiados heridos en el camino. El Brexit y la inestabilidad política en varios países europeos y asiáticos contribuyen al malestar. Una ola nacionalista y populista se extiende y hay cada vez más globalifóbicos. Esto deja al G-20, presidido este año por Arabia Saudita, sin el margen de maniobra que tenía.

     


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